Siempre se respiran sentimientos y emociones encontradas en estos primeros días de clase.
En parte porque nos invade la felicidad del encuentro con los compañeros, con los amigos, algunos de los cuales no hemos visto durante todo el verano, las charlas, el querer contar todo lo que hemos hecho en vacaciones… y, en parte también, porque nos hace ver que el verano terminó y llegó el momento de volver a la rutina de las clases, del trabajo en el aula, del estudio, de la mochila cargada de libros y del desayuno a toda prisa para no llegar tarde al cole.
Y estos días se vuelven, quizá, algo muy especial porque aún no tenemos la premura de tener que hacer la tarea de hoy o terminar el tema de lengua, o alguna investigación.
El tiempo pasa enseguida entre tantos libros nuevos, tantas carpetas, tantos elementos.
Por eso les damos la bienvenida y les brindamos un espacio donde podremos: escucharnos, respetarnos, elegir, decidir, analizar, traer a la memoria nuestra historia, aclarándola y comprendiéndola. Les proponemos crecer juntos ustedes y nosotras.
Por eso deseamos que la palabra bienvenida, no sea la palabra del inicio, sino que sea la bienvenida de todos los días del año, a nuestras tareas, a nuestras ganas de aprender, al crecer juntos y al compartir.
Seño Marta