Cada vez que mis alumnos me demuestran su felicidad al aprender, a través de sus gestos de cariño, siento que estoy siendo una buena “seño”.
Cuando ha pasado el tiempo, y los niños ya no están conmigo, ver cómo se desenvuelven y enfrentan sus dificultades, saliendo airosos de ellas, siento que he sembrado y que puedo ver los frutos de esa siembra. Cuando un niño busca mi mano y un cariño de mi parte, siento que en ese pecho está latente toda mi entrega, y esto hace muy feliz. Cuando un niño es capaz de acercarse y preguntarme cómo estoy y me abraza, siento que la comunicación que hay entre ambos ha sido la mejor demostración de que mi trabajo ha sido bueno, y esto me da fuerzas para seguir preocupándome responsablemente de entretener a mis niños.
AMO CADA DÍA MÁS LO QUE HAGO.
Seño Marta
Seño Me Gusto Mucho
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